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En Harvest, creemos en la autoridad de la Biblia como Palabra de Dios infalible y en la salvación por gracia a través de la fe en Jesús. Nos esforzamos por vivir vidas que reflejen el amor y la verdad de Cristo, y buscamos compartir Su mensaje de esperanza y redención con el mundo que nos rodea.

Una Iglesia Vertical.

¿Por qué Vertical? Porque sabemos que todo se trata de Cristo y por eso le exaltamos por medio de la adoración, proclamamos la autoridad de la Palabra de Dios sin pedir disculpas, creemos en el poder de la oración y testificamos la Buena Nueva sin miedo. ​

Existimos para el cumplimiento de La Gran Comisión; por ello buscamos que el perdido sea convertido, el convertido discipulado, el discípulo multiplicado y Dios glorificado.

Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él.

Juan 3:16-17 RV

Nuestro Equipo.

Moises Che Pastor

El pastor Moisés es un apasionado de la palabra de Dios, lo cual se refleja en su compromiso diario con la enseñanza y la predicación. Su amor por Jesús lo impulsa, junto con su esposa Ara, a buscar activamente maneras de servir a su comunidad y brindar apoyo a quienes lo necesitan. A través de su dedicación y entrega, inspiran a otros a profundizar su relación con Cristo.

Miguel Ortiz Anciano

Miguel Ortiz, reconocido por su sabiduría y su corazón compasivo, ejerce su papel de anciano con diligencia y devoción. Su compromiso con la enseñanza y el cuidado pastoral ha sido fundamental para el florecimiento espiritual de nuestra congregación. Su amor por la iglesia se refleja en su disposición constante para ayudar y su voluntad de compartir su fe con todos aquellos que buscan orientación y apoyo.

Isaí López Anciano

Isaí, con su conocimiento de la doctrina y su larga trayectoria en la Iglesia, ha demostrado un compromiso excepcional con su papel como supervisor de las enseñanzas de los diferentes ministerios en Harvest. Su liderazgo compasivo y su habilidad para guiar a otros en su camino espiritual han sido fundamentales para fortalecer nuestra iglesia y mantenernos unidos en nuestra fe.

Antonio Gutierrez Anciano

Sin lugar a dudas Antonio fue bendecido por Dios con el don de servir a otros. No hay nada que traiga más gozo a la vida de Toño que servir a los hermanos. Su pasión por ejercer el don que Dios le ha dado, ha traído gran bendición a nuestra iglesia. Actualmente es encargado de coordinar la alabanza, producción y eventos especiales.

Dr. Gerardo Anciano

Humildad, ánimo, amabilidad, alegría, son algunos calificatvos que, derivados de su amor por Dios describen a Gerardo. El interés que tiene por las personas y el ánimo que inyecta a la congregación hacen del "Doc" una pieza fundamental en la edificación de la iglesia. Actualmente es el encargado del ministerio de seguridad, evangelismo y campañas médicas.



Lo Que Creemos.

Dios.

Creemos en el único y verdadero Dios (Juan 17:3), el Padre, el Hijo y el Espíritu santo (Mateo 28:19-20). El Creador de todas las cosas (Apocalipsis 4:11) y el que sostiene todas las cosas por la palabra de Su poder (Hebreos 1:3). En Él vivimos, nos movemos y existimos (Hechos 17:28). Él es Dios de fidelidad y sin injusticia. Él es justo y recto (Deuteronomio 32:4) y Él juzgará al mundo (salmo 9:8).

Jesucristo.

Creemos en la Deidad total del Señor Jesucristo. Creemos que es la manifestación de Dios encarnado, creemos que Cristo mismo ha dado a conocer a Dios al hombre. Creemos que en la iglesia Cristo tiene la preeminencia y que todas las cosas fueron creadas por él, en él y para él. Creemos que él es la cabeza de la iglesia. Creemos que Jesús murió por nuestros pecados, resucitó para nuestra justificación y regresará por Su iglesia. Creemos que fue concebido por el Espíritu Santo y nació de la entonces virgen María (Juan 1:1; 1:14,18; 14:8-9; 1ª Timoteo 3:16; Colosenses 1:15-20).

Espíritu Santo.

Creemos que el ministerio del Espíritu Santo es glorificar al Señor Jesucristo (Juan 16:14). El espíritu santo regenera al pecador cuando cree en Cristo, bautizando al creyente en un solo cuerpo del cual, Cristo es la cabeza. El Espíritu santo mora, instruye, llena, conforta y da poder al creyente para que viva una vida santa. El Espíritu santo convence al mundo de pecado, de la justicia de Dios y del juicio que viene. (Marcos 13:11; Juan 14:26; 16:13; Romanos 5:5; 1ª Corintios 3:16; Juan 16:8-11).

Aun cuando creemos que las Escrituras no enseñan que algunos dones han cesado, ésta indica que el uso de dones varía acorde a las necesidades de la iglesia y que estos tienen un orden que establece la Escritura para el uso de los mismos. Harvest México no promueve el uso de “dones de señales”. En su lugar, buscamos enfatizar en el fruto del Espíritu mencionado en Gálatas 5:22-23 y en los dones más edificantes mencionados en Romanos 12:6-8. (Juan 16:8; 13;15; Tito 3:5; Efesios 1:22; 4:11-12; Romanos 8:9-17; 1ª Corintios 3:16; 12:11-13,19; Hebreos 4:1-4; 2ª Corintios 12:12).

ESCRITURAS.

Creemos que las Escrituras del Antiguo y Nuevo Testamento son verbalmente inspiradas por Dios y sin errores en sus escritos originales. Creemos que los 66 libros de la Biblia son la total y completa revelación, y por consiguiente tiene la autoridad de Dios para el bienestar total de la humanidad (salmo 119:97-104, 160; Mateo 5:18; Juan 10;35; 2ª Timoteo 3:15-16). Creemos que la Palabra de Dios es infalible en su instrucción (Proverbios 6:32; 2ª Pedro 1:19); nunca deja de ser (Isaías 40:8; 1ª Pedro 1:23-25); es la autoridad final y nos marca la pauta para ña práctica de nuestra fe (mateo 4:4; salmo 119); y es suficiente para aconsejar en cada situación de la vida (Salmo 19:14-17; 2ª Timoteo 3:16).

HOMBRE.

Creemos que el hombre fue creado en inocencia bajo la ley de su Creador, pero debido a su transgresión voluntaria, cayó de su estado de felicidad y sin pecado. Consecuentemente, toda la raza humana es pecadora. Todas las personas son pecadoras; no solamente por herencia, también por elección propia, y, por lo tanto, están bajo justa condenación sin defensa y sin excusa. Creemos que el hombre necesita a un Salvador (Génesis 3:1-6; Romanos 3:10-19; 1:18,32).

SALVACIÓN.

Creemos que el Señor Jesucristo murió por nuestros pecados acorde a las Escrituras, como un sacrificio representativo y sustitutivo. Creemos que cada persona que le recibe por fe como su Salvador personal es justificada en base a que Jesucristo derramó su sangre en la cruz. Cada persona que recibe a Cristo como su Señor y Salvador tiene un nuevo nacimiento por medio del Espíritu Santo y obtiene seguridad eterna por cuanto es hijo de Dios. Creemos que el Espíritu Santo bautiza a cada creyente en el Cuerpo de Cristo en el momento de la salvación, y, por consiguiente, no hay un segundo bautismo del Espíritu Santo (Romanos 8:37-39; 2ª Corintios 5:21; 1a. Corintios 12:13).

RESURRECCIÓN.

Creemos en la resurrección de nuestro Señor Jesucristo, Su ascensión al cielo y Su vida actual como Señor y Cabeza de la iglesia, Espíritu vivificante, Sumo Sacerdote e Intercesor (Hechos 1:3,9; 1ª Corintios 15:45; Hebreos 7:2-26).

CIELO, INFIERNO Y EL REGRESO DE CRISTO.

Creemos en la “bendita esperanza” del regreso personal y pre-milenial del Señor Jesucristo. Su regreso tiene una parte vital en el desarrollo de la vida personal y de servicio del creyente (1ª Tesalonicenses 4:13-18). Creemos en la resurrección corporal de salvos y perdidos. Los salvos resucitados disfrutarán la dicha eterna de estar con el Señor (Mateo 25:34; Juan 14:2; 2ª Corintios 5:1; Apocalipsis 2:7), los perdidos resucitados estarán en el eterno tormento del infierno, en separación total de Dios (mateo 8:11; 10:28; 13:49-50; Marcos 9:47-48; Lucas 12:5; Apocalipsis 21:8).

IGLESIA.

Una vez que una persona acepta al Señor Jesús como su Salvador forma parte del Cuerpo de Cristo, el cual es la iglesia. Hay una iglesia universal, compuesta por todos aquellos en el mundo que reconocen a Jesús como su Señor y Salvador. Las Escrituras nos mandan a reunirnos para dedicarnos a la adoración, oración, enseñanza y observancia de las ordenanzas Bíblicas, tener unidad, servirnos los unos a los otros, para así ser la expresión de Cristo y el mundo crea y glorifique al Padre. De esta manera, la iglesia cumple con la orden que Cristo dio: Por tanto, id y haced discípulos… (Efesios 5:23; Romanos 12:1; Hechos 2:42-46; 1ª Corintios 14:26; Mateo 28:18-20).

SEGURIDAD ETERNA DEL CREYENTE.

Creemos que cada persona que nace de nuevo por el Espíritu por medio de Jesucristo tiene la seguridad eterna se su salvación desde el momento de su conversión: Esta seguridad se basa en la gracia de Dios y no en cualquier obra que el creyente pueda hacer. Toda la gloria por la salvación y seguridad de cada creyente le pertenece a Dios solamente (Romanos 3:21-31; Efesios 1:7-9; 2:8-9; Judas 1:24.25; Lucas 6:46; Juan 14:21; Santiago 2:17-18).

La seguridad de la salvación depende de la garantía del Señor de que hemos sido adoptados como hijos (Gálatas 4:4-7), y Su sello en cada creyente el cual es el Espíritu Santo (2ª Corintios 1:21-22; Efesios 1:13-14) y la convicción de que Dios da su Espíritu Santo a cada creyente. Esta seguridad es protegida por el poder ilimitado de Dios (1ª Pedro 1:4-5).

El creyente que profesa una fe genuina en Cristo inmediatamente se convierte en Su posesión (Lucas 23:41-43; Hechos 2:40-41; 16:30-34), y nada puede arrebatar a esa persona de sus manos (Juan 10:27-29). Habiendo sido comprados por precio en la cruz donde Jesús derramó su sangre y pagó por completo por nuestros pecados, los cristianos no se pertenecen, pues ahora, son posesión de Dios (1ª Corintios 6:19-20).

PROCESO DE SANTIFICACIÓN Y MADUREZ.

Un cristiano maduro es aquel que entiende que en Cristo está completo, comprende que es la iglesia y para que está la iglesia; y sabe que todo se trata de que Cristo sea magnificado a fin de que el creyente pueda disfrutarle y expresarle. Un creyente maduro es una persona comprometida en mantener la unidad en la iglesia a través de valorar en gran manera el glorioso evangelio del Dios bendito. Creemos que la madurez del creyente llega al ser expuesto constantemente a las verdades bíblicas a fin de que este sea perfeccionado, enteramente preparado para toda buena obra.

Estamos comprometidos en madurar a los creyentes, pues sabemos que esta es la clave para un crecimiento sano en la iglesia (2ª Timoteo 2:2). Creemos que los discípulos de Jesucristo deben ministrarse unos a otros en la iglesia local, en lugar de uno solo o de un grupo de pastores que lleven toda la responsabilidad de cuidar a toda la congregación. Dios ha dado dones espirituales a todo Su pueblo para proveer una edificación mutua en la iglesia (Efesios 4:11-12).

GUERRA ESPIRITUAL.

Satanás y todos sus siervos demoniacos se oponen fuertemente al trabajo que Dios desarrolla en, y a través de Su pueblo (1ª Pedro 5:8; Génesis 3:1-7; Efesios 6:12). Dios, quien infinitamente es mas poderoso que Satanás, a su debido tiempo completará y totalizará Su victoria sobre las huestes de maldad (1ª Juan 4:4; Apocalipsis 20:1-10).

Aunque es apropiado orar en el nombre de Jesús para protección contra la actividad demoniaca, las Escrituras no instruyen al cristiano a “atar a Satanás en el nombre de Jesús.” En su lugar, la Biblia muestra al cristiano que puede combatir a Satanás a través de:

1. Ceñirse de la verdad bíblica (Efesios 6:14)
2. Resistir la tentación (Santiago 4:7; 1ª Pedro 5:8-9)
3. Aplicar correctamente la verdad de la Escritura (Mateo 1:1-11; Juan 8:44; Efesios 4:24-27)
4. Perdonar las ofensas (2ª Corintios 2:10-11)
5. Tomar la armadura de las verdades de Dios: verdad, justicia, disposición para combatir por el evangelio, fe, salvación, oración.
6. Perseverancia en las pruebas (Apocalipsis 2:10-13; 3:9-10)
7. Llevando cautivos nuestros pensamientos en obediencia a Cristo (2ª Corintios 10:3-6)

MOVIMIENTO CARISMÁTICO.

Harvest México es una iglesia conservadora, no involucrada en el movimiento carismático. Es una comunidad evangélica que recibe a todos los que conocen a Jesucristo como su Salvador y le buscan.
Aquellos que dicen tener el don de lenguas y otros dones de señales son bienvenidos para adorar y tener comunión, si están dispuestos a ser una fuente que promueva la unidad y no la desunión dentro de nuestra iglesia.
Creemos que el Señor continúa haciendo milagros. También creemos que la forma en que se usa el don de lenguas distrae de la función principal de la iglesia; la cual es glorificar a Cristo. (Juan 16:13-14).

ENFOQUES EQUIVOCADOS DEL DON DE LENGUAS.

1. Darle una importancia injustificada: El Nuevo Testamento lo describe como uno de entre muchos dones espirituales (1ª Corintios 12).

2. Enfatizar el hablar en lenguas como la manifestación principal del Espíritu Santo: esto minimiza en gran manera la preciosa obra del Espíritu Santo la cual es santificar al creyente en la verdad del evangelio (2ª Corintios 3:17-18; 2ª Timoteo 1:9) y en producir el fruto que habla Gálatas 5:22.

3. Indicar que el hablar en lenguas es un requerimiento para probar que se ha sido bautizado en el Espíritu Santo, aun cuando las Escrituras no lo enseñan (1ª Corintios 12:13)